El ácido hialurónico es nuestro gran aliado en la lucha contra la pérdida de volumen y las arrugas producidas por el paso del tiempo.
Es una sustancia que se encuentra de manera natural en nuestro organismo.

A medida que nos vamos haciendo mayores, su presencia disminuye considerablemente. A partir de los 35 años la forma de nuestro rostro comienza a cambiar como consecuencia del descenso de nuestras “reservas” de ácido hialurónico, provocando la pérdida de volumen y de firmeza, la aparición de arrugas, y por lo tanto, el envejecimiento de la piel.

La característica principal es su gran capacidad para atraer y retener el agua, devolviendo a la piel su volumen inicial e hidratarla en profundidad.

Las zonas más comunes en las que se aplica son:

· Contorno y comisura de los labios.
· Volumen labial.
· Arrugas labiales o peribucales (alrededor de la boca).
· Surcos nasogenianos (líneas de expresión a ambos lados de la nariz y la boca).

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